Números 14:1-4 “Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?
Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto”
La queja surge cuando las situaciones que estamos viviendo, o las noticias que oímos no nos agradan. Pero en la vida uno aprende que no se hace siempre lo que uno le agrada, o vive donde uno le agrada. Sino hacer los que nos corresponde y lo correcto.
Ahora, el agradar y desagradar es un sentimiento, es una voz, de nuestra alma que para que sea efectiva necesita el respaldo de la voz más elevada de este mundo, la voz del Espíritu de Cristo. Dicho de otra manera tu conciencia confirmara que los estas sintiendo es de tu espiritu avivado o de tu alma.
Entendiendo nuestra estructura humana: el alma esta por delante de tu espiritu; por lo tanto, cuando vienen los vientos a tu vida, el alma lo percibe primero, por eso de acuerdo al viento que estas experimentando así tu alma va a responder.
Hay varios vientos que puedes estar experimentando ahora: 1. el viento huracanado. 2. Un viento fuerte. Y 3. Viento apacible (Espíritu Santo).
El espiritu quejumbroso no es algo que more en ti, pero puedes darle morada. Cuando te permites que la queja tome el gobierno de tu alma. Lo que va hacer la queja es detenerte. Porque su propósito de vida es ser nómada. La queja en hebreo significa:detenerse, obstinado.
Tu estas en un proceso donde te pastorea el espiritu de Dios, y el está llevando tu vida a las alturas, para que desde allí veas todo con claridad y conquistes tu alma y ejerzas dominio sobre los deseos del cuerpo.
La queja es como un oasis en el desierto, puede ser muy bellos y razonables tus opiniones, elevados tus justificaciones, pero no puedes hospedarte en tus propias opiniones, porque sin darte cuenta, te estás deteniendo. No pierdas el tiempo mas, quejándote, levanta tu mirada y clava tu mirada en la palabra que Cristo te ha dado, que lo más seguro habla de lo que está por delante. Sigue aquello que Dios te ha dicho, y tendrás el privilegio de administrar los bienes que Jesucristo te trae.
Preguntas de Reflexiones: ¿Señor, que me quieres enseñar hoy? ¿Señor, que quieres que haga? ¿Señor, en que me comprometo? DIOS LES CONTINUE BENDICIENDO PASTORES BENJAMIN Y CAROLINA VARGAS
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